¡No es justo!
"Estoy muy enfadada", comienza diciendo una pequeña sentada en el suelo con cara de muy pocos amigos. "¿Por qué los mayores tienen tanta cara?", se sigue preguntando.
Dicho y hecho se levanta indignada y se planta, dando un portazo, en la habitación de su padre: ¡¡Papá!! ¡No es justo! A partir de ese momento, padre e hija comienzan una conversación en la que la pequeña pregunta y el padre...bueno, el padre responde como puede y lo que le viene en gana (todo hay que decirlo).
Preguntas tan interesantes como,
- ¿Por qué los adultos podéis estar despiertos hasta tarde y los niños tenemos que acostarnos pronto?
- ¿Por qué los adultos siempre deciden cuándo es el momento de bañarme?
- ¿Por qué los niños no podemos comer dulces antes de irnos a dormir?,
que todos nos hemos hecho porque todos hemos sido pequeños, ¿verdad?, y que los mayores suelen contestar con evasivas del tipo "porque lo digo yo que soy más mayor y soy tu padre", o algo parecido.
Pero, ¿qué niño espera que su padre le venga con el cuento (literalmente) de que en realidad la culpa sea de los trolls, los extraterrestres de Júpiter, un bicho asqueroso que te pica y te convierte en pez globo o en peluche, y...?
¿Qué de qué estoy hablando? Os habéis perdido, ¿verdad? No me extraña. Pero es que el estilo de Shinsuke Yoshitake es tremendamente particular. Parece una conversación sin sentido, pero es tan genial que se podría adoptar como método infalible para acabar con las discusiones más disparatadas. Algo así como decir: si tú me mientes, yo a tí también, y encima tengo más imaginación que tú. ¡A ver quién gana!
"¿Por qué me tengo que comer los guisantes? ¡Si tú siempre los dejas!
Porque el plato principal en Júpiter son los guisantes, así que será mejor que vayas acostumbrándote".
¡Ja! A ver quién puede rebatir esto... Pues eso mismo, imposible de seguir discutiendo porque nadie ha estado jamás en Júpiter (que sepamos) pero un padre siempre sabe ese tipo de cosas😉. Hay que tener en cuenta que estamos ante un libro infantil de un autor japonés, y eso imprime carácter. Lo que no cabe duda es que leerlo juntos, en familia, deparará no pocas sonrisas y más de una carcajada.
Comentarios
Publicar un comentario