La cuchara de plata

 


Memorias de una infancia en el Japón Meiji, es el subtítulo de este libro y con esto podemos hacernos una idea de lo que encontrar entre sus páginas. Juegos, lloros, primeros amores, abusos en el colegio, risas, felicidad (a veces), tristeza (otras muchas), enfermedad. Pero no solo eso, porque estas encantadoras memorias no solo son los recuerdos de infancia de un niño delicado, solitario (lo fue toda su vida) y muy sensible que siempre estaba enfermo y que no le gustaba ir al colegio, gracias a ellas encontramos una ventana abierta a ese periodo Meiji en el que descubrimos paisajes, costumbres, fiestas, incluso objetos, que han desaparecido de la vida del Japón actual. 

Entre sus páginas asistimos al germen de ese adulto pesimista, romántico, amante de la belleza, inconformista y solitario en el que se convertirá Naka. "En algunas ocasiones, comprábamos macetas de flores y las dejábamos en los aleros de las casa para exponerlas al rocío cada noche antes de dormir. ¿Cómo olvidar lo que me transmitían esas flores cuando era un crío? Una felicidad pura e ingenua que nunca volveré a sentir". "Lo cierto es que, a veces, los objetos de Kuni me hacían desear haber sido una chica y no podía evitar preguntarme por qué los hombres no se molestaban en intentar ser atractivos para el resto del mundo". 

No, el niño Kansuke está abierto a observar el mundo de manera muy diferente al resto. Nunca entenderá el mundo y su soledad le permitirá estar atento a sutiles detalles que comparte con el lector. "Me divertía sacudir la verja para ver cómo salpicaban, todas juntas, las gotitas de lluvia relucientes que se quedaban en los capullos que colgaban de las ramas largas y dobladas de los cedros tras un chaparrón".

Tampoco vivirá el amor de un modo "normal". Su débil apariencia condicinaba su modo de relacionarse, lo poco que lo hacía, con el resto. Así que, la primera vez que se fijó en una chica... "me dí cuenta de que la chica era muy flaca y tenía un aire enfermizo, lo que me causó una buena impresión".

Comienza el libro haciendo referencia a esa peculiar cuchara de plata que le lleva a recordar el motivo de su apariencia, y el deseo de su tía (con la que terminaría viviendo) de que comiera adecuadamente. El libro termina cuando el joven de diecisiete años en el que se ha convertido consuela el dolor de una palabra no pronunciada con el dulce aroma de un melocotón. Si, Kansuke Naka siempre fue un romántico empedernido.  La cuchara de plata (Kansuke Naka. Quaterni 2024)

Kansuke Naka (1885-1965) fue poeta, ensayista y novelista, tuvo la suerte de ser discípulo de Natsume Soseki que le apoyó incondicionalmente para que la primera edición de estas memorias vieran la luz, publicadas por entregas, en el diario Asahi shinbunDevadatta (1921), Perros (1924) o A la sombra del árbol de Bodhi (1931) son los títulos de algunas de sus novelas, además escribió numerosos ensayos y poesía. La cuchara de plata fue la primera novela autobiográfica (shishōsetsu) que tuvo un éxito rotundo. Autores como Dazai Osamu o Yukio Mishima lo utilizaron posteriormente.

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