Amores al margen

 

La traducción literal del título original, Yohaku no Ai, sería Amor en los márgenes. Tiene más sentido, al menos a mi así me lo parece. Me recuerda al concepto Yohaku no bi (la belleza del vacío) al que hace referencia el taoísmo y que constituye uno de los ideales que el budismo zen adoptó como parte integrante de la meditación. Amor en los márgenes habla de la existencia del amor, quizá de la necesidad de sentirlo, más allá de lo convencional, de la necesidad de afecto que tienen aquellos que lo han perdido y no saben si alguna vez lo van a disfrutar de nuevo. 

La protagonista de esta novela sufre una enfermedad de los oídos de la que no se explica el origen. Al mismo tiempo que cuenta los motivos por los que acude a una mesa redonda en la que se trata el tema de esos acúfenos también lo hace de que se ha quedado sola porque su marido la ha abandonado. ¿Tiene algo que ver la aparición de ese "violín" como define ella los zumbidos en sus oídos con el hecho de haber sufrido un abandono? ¿Por qué lo relaciona con el recuerdo de ese primer amor de los trece años que, casualmente, tocaba el violín. Yoko Ogawa acostumbra a mezclar ensoñación y vigilia con la realidad. Se le da fantásticamente bien. En esta novela lo vuelve a hacer. 

- Buenos días, vamos a empezar. Les agradezco su participación, a pesar de sus ocupaciones, en la mesa redonda titulada "Así me curé de mis inopinados problemas de audición", para el número especial de Páginas de Salud. 

En este evento la protagonista conoce a un joven (Y.) que hace las veces de estenógrafo copiando con su bolígrafo las impresiones de los participantes. Ese hecho, en realidad sus dedos, llama poderosamente su atención y, a partir de ese momento, se encontrará con él casi de manera premonitoria hasta iniciar una relación casi podríamos decir "laboral".

- Puedes comenzar cuando quieras. Estoy preparado

Dejó la taza en el borde de la mesa y sacó su bolígrafo y su bloc de papel habituales. No se calentó los dedos ni probó el bolígrafo. Con la mano izquierda apenas posada en la esquina de la primera hoja, cogió el bolígrafo con la mano derecha.

De este modo ella comienza, tal vez, a desquitarse. Una buena terapia expresar cómo se siente desde que su marido la ha dejado, cómo siente esos zumbidos, cómo recuerda aquel niño con el que fue a visitar una museo donde vieron la trompetilla de Beethoven... ¿Está todo esto unido para explicar el motivo de sus problemas auditivos? Y como telón de fondo, la nieve (que forma tan inteligente y sutil de hablar de ese silencio, de ese sonido amortiguado tan característico) La nieve es una continua presencia en toda la historia. Parece que vaya a suceder algo en cualquier momento, algo sobrenatural, algo como que un ángel se presente en la tierra para ayudar a un ser humano desvalido que ya no quiere continuar con su vida... 

Si, me ha recordado a Qué bello es vivir, la película dirigida por Frank Capra (1946) que vemos todos los años por Navidad. Tanta nieve, tan poca gente en la calle, una atmósfera extraña... Esto es lo que tiene leer a Yoko Ogawa, que la imaginación echa a volar y...Y entonces llega ese final en el que todo queda resuelto (no desvelo nada porque nada he dicho) para descubrir que, efectivamente, una historia así sólo la podía haber escrito esta mujer. 

El sueño estaba muy cerca. Por más que apreté sus dedos contra mi pecho, su sensación no hizo más que disminuir. Me sumí en el sueño y apreté mi propio pecho, que se marcaba a ojos vistas,

Al día siguiente, cuando desperté, sus dedos ya no estaban allí.

Amores al margen (Yoko Ogawa Funambulista 2013)


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