Lluvia negra

 


La casualidad ha hecho que mi lectura haya coincidido con el estreno de Oppenheimer (C. Nolan, 2023) película biográfica basada en la vida del científico que creó la bomba atómica. Leer Lluvia negra es asistir al sufrimiento que tuvieron que padecer los habitantes de Hiroshima y Nagasaki, no sólo en el trágico momento de la detonación sino en los días, semanas, meses, y años posteriores cuando los efectos de la radiación fueron dando la cara. Visto con la perspectiva que da el paso del tiempo lo que sucedió en esas dos ciudades fue un intento de genocidio, utilizando a las miles de personas que vivían en ellas como cobayas humanas para probar el nuevo armamento, el nuevo juguete de los militares estadounidenses. 

Pero, en el argumento del libro lo de menos es la crueldad del hecho, lo realmente importante es el matrimonio de una joven que sufre la llamada "enfermedad de la radiación". Así es, lo único que le importa al tío de Yasuko es poderla casar bien, y si para ello tiene que reescribir el diario de aquellos días tras la caída de la bomba no cabe duda que lo hará. Y lo hará para demostrar que todos vivieron las mismas circunstancias, para demostrar que todos han logrado sobrevivir, para demostrar que aunque sea verdad que tiene la enfermedad, como él, los efectos secundarios no son graves y es una perfecta candidata al matrimonio. ¿Tienen todos la misma sensación, vieron el hongo formarse? ¿Dónde estaban cuando cayó la bomba? ¿Qué distancia era segura para no abrasarse, para no desfallecer de sed y agotamiento? ¿Qué tipo de bomba tiraron los americanos? ¿Por qué unas personas enferman y otras no?

Lluvia negra está escrita en base a documentos históricos, entrevistas y diarios de víctimas que sobrevivieron. Los testimonios que Yasuko, su tío Shigematsu, vecinos y amigos hacen son... no hay palabras para tanto sufrimiento.

Caos, desesperación, angustia, miedo, hermanos que no se reconocen, personas tan desconcertadas que no saben hacia dónde dirigir sus pasos, un niño pequeño que sigue a un adulto, cualquiera, de manera mecánica... ¿Estaba sólo en el momento de la detonación? ¿Dónde está su madre? Una madre monta en el tren que los aleja del infierno en qué se ha convertido la ciudad y lleva el cadáver de su bebé muerto en la espalda porque no quiere deshacerse de él. Otra madre cuenta que su pequeño ha muerto porque se cayó de la escalera en la que se había subido a coger unos caquis maduros. Qué simpleza, qué manera más tonta de morir cuando todo a su alrededor está arrasado. Las carpas de un estanque están muertas, los caballos, los pájaros están muertos... ¿Por qué hay seres humanos que no lo están? La incertidumbre, el terror, la impotencia, se suman al dolor de las heridas, al dolor de ver seres humanos destrozados, reventados, quemados que llenan las calles, las vías del tren, los campos...

"No cesábamos de encontrarnos con cuerpos" 

"El mundo se había salido de sus goznes" 

"Casi todos los heridos de esa unidad tienen la cara tan hinchada por las quemaduras que sus propios familiares apenas los reconocen. Algunos de ellos ni siquiera responden cuando oyen su nombre, así que se les pone una etiqueta con su nombre y dirección en el cinturón de sus uniformes." 

Pero Masuji Ibuse no sólo describe el horror, también deja pinceladas de humor para describir esas situaciones que, aunque dramáticas, no dejan de ser extraordinariamente humanas, y cuenta que no todos los japoneses estaban de acuerdo con la guerra y la cúpula militar lo que genera rumores y un sentimiento de derrota que justifica las críticas, cada vez más sonoras, contra el ejército. Es una historia llena de sensibilidad, ternura, dramatismo y tristeza. Es una novela espléndida pero terriblemente desoladora con la que la fe en el ser humano se desvanece por completo.

"Aborrecemos la bomba pero preferimos soslayar sus efectos: nadie quiere acordarse ya de las quemaduras, de los cadáveres. Menos aún de los sobrevivientes. De aquellos que vivieron para contar el asombro y el horror pero de los que por fortuna, a más de seis décadas de distancia, quedan ya pocos. Ellos son los últimos testigos de lo que somos, en realidad, los humanos." (Prólogo de Jorge Volpi)

Hay una versión cinematográfica de la que aquí os dejo el trailer La película completa está en Youtube.

Lluvia negra (Masuji Ibuse. Libros del Asteroide 2007)

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