El quinteto de Nagasaki

 

El título original Le poids de secrets (El peso de los secretos) define mucho mejor el sentido de esta novela en la que las historias paralelas de dos sagas familiares se van entretejiendo en el tiempo mientras los acontecimientos históricos se suceden a su alrededor. Imperialismo japonés, ejecuciones masivas de inmigrantes coreanos por la aparición de noticias falsas (si, todo está inventado) tras el gran terremoto de Kanto de 1923, prohibiciones absurdas, bombardeos masivos de ciudades japonesas por parte de los B-29 norteamericanos y como colofón el lanzamiento sobre Hiroshima y Nagasaki de la bomba atómica. Un mundo repleto de angustia, pobreza, mentira, formalismos y crueldad para el que los seres humanos desarrollan el instinto de supervivencia a través de una de nuestras debilidades: el amor.

Porque si hay algo de lo que habla esta novela es de amor, de muchos tipos si, pero de amor sobre todas la cosas. El amor que siente la mujer que inicia una relación extramatrimonial con su antiguo amante y padre de su hijo; el amor primerizo de unos hermanos que no saben que lo son; el amor de una madre por el hijo nacido de una relación "insana", el amor de ese hijo que ante la ausencia de una figura paterna vuelca toda su atención en la madre que no le abandona nunca. Amor, amor, amor... Todos los personajes viven atrapados por sus sentimientos, unos sentimientos que a lo largo del tiempo se van materializando en hogares estables dado que la espera ante la incertidumbre nunca ha sido buena consejera del ser humano. Yukiko, Yukio, Mariko Kanazawa, Sono, los señores Takahashi y Horibe, todos son victimas (unos más que otros) y verdugos de este mal eterno que llamamos amor.

Dividida en cinco relatos, que bien podrían leerse independientemente, como acostumbra la autora, y cuyos nombres evocan la naturaleza de Japón, Tsubaki (camelia), Hamaguri (almeja), Tsubame (golondrina), Wasurenagusa (nomeolvides) y Hotaru (luciérnaga), Shimazaki alterna el protagonismo de los personajes que, en primera persona, relatan lo sucedido en aquellos tiempos lejanos en los que se luchaba por sobrevivir. Quizá la elección de esos nombres tan evocadores y hermosos sean un contrapunto consciente ante tanta barbarie.

Es cierto que en algún momento se puede perder el hilo de la narración (sucede también, creo recordar, en El corazón de Yamato) al volver constantemente sobre el mismo período de tiempo pero con diferentes personajes, pero la elegancia y sencillez con que escribe la autora lo suplen con creces. Lo he leído por segunda vez y merece la pena, no cabe duda.

El quinteto de Nagasaki (Aki Shimazaki. Lumen 2018)




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