Los misterios de la gata Holmes

 

Al detective Katayama no parece hacerle mucha gracia su trabajo. Quizá tengan algo que ver sus pocas dotes (se marea cuando ve sangre y sufre vértigo) o que el ejercer de policía fuera una promesa hecha a su padre cuando éste estaba agonizando. Un asesinato ocurrido en la Universidad Femenina Hagoromo le llevará a investigar, junto a una de las alumnas que parece saber más que los ratones coloraos, no el caso del asesino en serie, sino lo que parece ser una red de prostitución. ¿Están ambos casos conectados? ¿Qué tiene que ver con ellos el crimen posterior del decano? ¿Realmente existe un asesino en serie en los alrededores de la Universidad? 

Al margen de su vida profesional Katayama, que vive con su hermana, es un soltero empedernido al que su tía Mitsue intenta encontrar esposa a toda costa. La presencia de una gata calicó (pelaje blanco y manchas marrón-anaranjado y negro) de nombre Holmes anticipa que, sólo a veces, los gatos son más listos que los humanos... Katayama, desde luego, estaría muy perdido si no fuera por ella.

Novela ligera (mucho), algo simplona, que trata de ser divertida aunque apenas lo consiga. Eso si, se lee bien, resulta entretenida y va ganando a medida que discurre la historia, hasta llegar a un final que se ve venir pero tiene su aquel. Es la primera entrega de la serie de este peculiar detective (y su no menos peculiar gata) así que habrá que leer el resto a ver si mejoran, o por el contrario...

Los misterios de la gata Holmes (Jiro Akagawa. Quaterni 2015)

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