Agujero

 

"Escribí una historia sobre una mujer que mata a una cigarra con su bicicleta. La mujer estaba casada y se había mudado al lado de la casa de sus suegros en el campo por el trabajo de su marido, y al hacerlo toma conciencia de que es una ‘nuera’ [el ideograma ‘nuera’ se compone del ideograma ‘mujer’ y el ideograma ‘casa’]. A partir de ahí me costó muchísimo completar la historia." (Entrevista en Vogue. 9 de junio de 2021. Paloma Abad)

Nada más terminar de leer este libro, lo cerré y me quedé unos segundos contemplando su cubierta, no sentía nada, ninguna emoción me embargaba. "Tendré que leerlo de nuevo", pensé. Y es que al finalizar su lectura la única palabra que se me ocurría para definirlo era desconcertante. Me inundaba un total desconcierto hasta el punto de no saber decir si el libro era un tostón o una obra de arte. Tampoco tenía muy claro si me había gustado o, por el contrario, me había parecido una castaña. Fue precisamente al leer la entrevista cuando me quedé más tranquila. Ahora lo entendía, entendía porqué aquella historia comenzaba de manera natural (una mujer joven se traslada al campo, justo al lado de donde viven sus suegros, ya que a su marido le han ofrecido un nuevo trabajo en aquella zona), y al poco se transformaba en un no se sabe muy bien si sueño, delirio, o muerte. Si, ahora entendía que a ella le hubiera costado un montón continuar escribiendo y comenzara, de manera delirante, a poner por escrito todo lo que se le iba ocurriendo. De este modo mi desconcierto tenía justificación...creo yo.

Podría ser que la escritora quisiera reivindicar una maternidad que en Japón, al parecer, no atienden de manera satisfactoria. Es posible, también, que fuera una denuncia sobre los métodos de trabajo que imperan en el país donde está mejor visto trabajar que estar ocioso. Podría referirse a lo complicado que resulta vivir alejado en zonas rurales donde el tiempo es diferente y la naturaleza marca todo el desarrollo vital. La presencia de un agujero por el que cae persiguiendo a un animal podría ser solo una reminiscencia de la historia de Lewis Carroll que utiliza sin querer ir más allá... pero va más allá, mucho más allá. El objetivo no está claro pero, supongo, eso es lo de menos. ¿Ella está soñando? ¿En realidad está muerta cuando se cae al primer agujero y el resto lo narra siendo un fantasma? ¿Es el pueblo, en realidad, una extensión fantasmal donde los niños y ancianos aparecen y desaparecen a voluntad? ¿Ha querido dejar constancia la escritora de algo, o simplemente se ha puesto a llenar páginas porque el editor la apremiaba en la entrega? 

Agujero, relato que da título al libro, es la más extensa de las historias. Anteriores en el tiempo y que Impedimenta ha considerado editar juntas, son Sin comadreja (un relato realmente desagradable y angustioso) y Una noche en la nieve, ambos comparten protagonistas: dos jóvenes parejas y sus relaciones de amistad, empañadas por el embarazo de una de las esposas frente a la ausencia de concepción de la otra. 

Cualquiera de las tres, pero sobre todo la primera, son historias a las que podemos calificar de inusuales, excéntricas, diferentes no cabe duda. ¿Recomendable? No tengo ni idea, primero tendría que averiguar si me ha gustado, o no, y decidir después. Si objetivo de la autora, suponiendo que tuviera alguno, era generar desconcierto en el lector, conmigo lo ha conseguido plenamente. Enhorabuena pues.

Agujero (Hiroko Oyamada. Impedimenta, 2021)

https://www.vogue.es/living/articulos/hiroko-oyamada-agujero-novela


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