Un grito de amor desde el centro del mundo

 


En una entrevista de 2011 Kyoichi Kayatama decía: "Sigo sin tener idea de por qué ha vendido tanto. Trata un tema accesible para cualquiera, pero jamás me planteé un éxito semejante". Aunque el propio autor no se explique el éxito de su obra, seguramente los casi cuatro millones de lectores en todo el mundo puedan ayudarle a entender cómo una sencilla historia de amor adolescente se ha convertido, no sólo en un superventas sino en una obra que ha generado versión cinematográfica (japonesa y coreana), una serie de televisión y un manga.

¿Dónde radica el secreto? Quizá mucho tenga que ver el protagonista masculino de éste Love Story japonés: Sakutaro. Idealista, absurdamente romántico, ingenioso, y con un sarcasmo en sus planteamientos filosóficos que inevitablemente provocan una sonrisa. Porque la historia no puede ser más sencilla y menos efectista, pues desde el primer momento conocemos que la otra protagonista de la historia, Aki, ha muerto recientemente de leucemia. Podría resultar un dramón, sin más, pero no lo es. Y es aquí donde el protagonismo de Sakutaro domina todo el libro siendo él el encargado de presentarnos a su compañera de colegio, con él vamos a asistir al desarrollo de una amistad que se convertirá en el primer amor de ambos. Un amor puro, inmenso, eterno, que perdurará más allá de la muerte, porque... "aunque no esté aquí, yo siempre estaré contigo". 

Un amor profundo como solo un adolescente puede sentir, un amor que embota la cabeza, nubla los pensamientos más racionales, llena el estómago de mariposas, y te hace pronunciar las palabras más ridículas... "Si cada vez que se enamoraran un hombre y una mujer las islas se pegaran y despegaran, la geología cambiaría a una velocidad de vértigo y los del instituto topográfico no pararían".

Es puro divertimento ver como actúan estos jóvenes, al tiempo que se rememoran los amores de una época ya olvidada. Sin embargo, la muerte compañera indispensable de la vida y la que dota a ésta de sentido, hace acto de presencia cuando todo parecía indicar que el desenlace sería un matrimonio precoz y el aburrimiento posterior en el que se suman la mayoría de las parejas. ¿Quién piensa en la muerte con dieciséis años? "La muerte es algo que te llegaba al final, tras haber vivido unas decenas de años y haber ido envejeciendo poco a poco".

No, Sakutaro y Aki no van a tener la suerte de envejecer juntos, ni siquiera de aburrirse juntos, y esto, la fugacidad de la vida (presente al final de la obra con la aparición de las flores de cerezo) junto a la presencia constante de la naturaleza (el paso sutil de las estaciones) es lo que hace que esta historia la podamos considerar típicamente japonesa. Aunque... ¿Es quizá el amor diferente según la nacionalidad? ¿Aman los adolescentes japoneses de manera diferente a los del resto del mundo? Al fin y al cabo, amor y muerte forman parte de la vida, aunque ésta haya comenzado apenas unos años atrás, y la pérdida de la persona que amamos, en cualquier parte del mundo, es algo tremendamente doloroso.

Un grito de amor desde el centro del mundo (Kyoichi Katayama. Santillana 2008)


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