El castillo de los búhos

 


Seguro que si hablamos de ninjas pronto asociamos esta palabra con personajes siniestros, escurridizos, vestidos totalmente de negro y cuyas habilidades a la hora de asesinar, sabotear, disfrazarse, utilizar venenos o robar, magnificados por el mito, están más próximas a la magia que a la verdad. ¿Ayudará esta obra de Ryotaro Shiba a seguir mitificando el personaje, o por el contrario eliminará de un plumazo las soñadoras expectativas? Primero, un poco de historia...

Los ninja o shinobi (el primer término solo se comenzó a utilizar después de la II Guerra Mundial) eran un grupo de mercenarios entrenados especialmente en formas poco ortodoxas de hacer la guerra, entre ellas las que he mencionado anteriormente. Desestabilizar al enemigo, y obtener información eran parte importante de su cometido con el fin de obtener ventaja en el campo de batalla, y aunque fueron temidos por los lideres militares, todos ellos los utilizaron. Las primeras referencias históricas sobre los shinobi, ninja, se remontan al siglo VII, aunque el arte tal como lo conocemos ahora comenzó a fraguarse en el siglo XII. Su momento álgido tuvo lugar en el período Sengoku, un lapso de tiempo que comienza al final de la era Muromachi (1467) hasta la finalización de la era Azuchi-Momoyama, y es precisamente en ésta última en la que transcurre la historia de esta novela. Japón se enfrenta en ese período a un gran interés por el mundo exterior, al desarrollo de los grandes centros urbanos, el surgimiento de la clase mercantil, pero también al derrocamiento de las revueltas de campesinos, monjes y sacerdotes que se habían sublevado contra el poder central, la invasión de Corea, y los sucesivos cambios de señor feudal (daimyō) desde Oda Nobunaga hasta Tokugawa Ieyasu con el que comienza el shogunato Tokugawa tras la sangrienta batalla de Sekigahara.

Todo el entramado histórico, político, religioso, económico y social aparece reflejado en la novela cuyo título, El castillo de los búhos, hace referencia posiblemente a la vida solitaria que llevaban los ninjas, tan parecida a la de estas aves nocturnas, “Al igual que los búhos, los ninja moramos en los huecos que dejan las personas. Tenemos más en común con los monjes, pues vivimos solos”. Sin embargo, no solo de guerras, conspiraciones, asesinatos y tramas políticas vive la historia, el romance, la pasión, y el desamor están siempre presentes, y la destacada e inusual presencia femenina (las dos protagonistas, Kohagi y Kisaru, tan alejadas del ideal femenino confucionista) son prueba evidente de que la historia de los pueblos no solo se configura a través de la fuerza bruta...al menos, no sólo de la masculina. La sensualidad de la presencia femenina a veces dulce, otras perversa, no cabe duda de que enriquece la trama (siendo escasa, o nula, la presencia femenina en las obras históricas japonesas realmente este punto es de agradecer) Incluso nos regala un momento "La princesa prometida" cuando el ninja Juzo se ve acorralado por un gran número de guerreros y exclama, "Recordad bien esta cara. Soy Tsudzura Juzo de Iga. Habéis matado a mi padre y ahora vais a pagar por ello"... ¿No recuerda mucho a "Mi nombre es Íñigo Montoya. Tú mataste a mi padre, prepárate a morir? ¿Habría leído William Goldman esta novela? De hecho Westley se transforma en un enmascarado vestido de negro... Perdón por el lapsus, vuelvo al tema.

Las dos figuras centrales, Tsudzura Jūzō y Kazama Gohei, son dos ninjas rivales que intentan, el uno matar a Toyotomi Hideyosi en venganza por la masacre de su clan en la región de Iga diez años antes; el otro, más interesado en escalar posiciones y ascender como samurai, a pesar de provenir de la misma región y haber sido perseguido del mismo modo. Dos personajes, un mismo arte, el ninjutsu, cuyas dos escuelas más reconocidas fueron las de Iga y Koga cuya rivalidad, precisamente, les llevó, una a permanecer en la oscuridad, a la otra a aliarse con el poder.

El castillo de los búhos recibió en 1960 el premio literario Naoki Sanjugo, y desde aquel momento el autor abandonó el periodismo y se dedicó plenamente a la literatura, pasando a ser uno de los autores de novela histórica más apreciados por el público japonés. El castillo de los búhos (Ryotaro Shiba. Quaterni 2015)

               Este es el cartel de la versión cinematográfica con los cuatro personajes principales








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