Un grito de amor desde el centro del mundo


Cuando terminé esta novela pensé que había leído la historia de amor más bonita jamás escrita. ¿Soy exagerada? Pues para salir de la duda vais a tener que leerla y, creerme si os digo que, a menos que seáis de cartón piedra, la historia llega a lo más profundo del corazón. Supongo que, uno de los motivos, es la forma tan sensible, sencilla y directa que tiene Katayama de escribir una, en principio, simple historia de amor adolescente. 
A pesar de ser, precisamente, una historia de amor entre adolescentes es tan creíble, tan intensa, tan tierna, tan bonita en definitiva, que no quieres dejar de leer, porque quieres saber más, sentir más, disfrutar y padecer más. Y si te descubres con los ojos anegados por las lágrimas, no te preocupes, bienvenido al club. Un dato: sigue siendo la novela más vendida de Japón con casi cuatro millones de copias. De ella se ha hecho una película (me gusta más la versión en papel) una serie para televisión y una versión manga (¡cómo no!)

Sakutarô y Aki se conocen en la escuela de una ciudad provinciana. Él es ingenioso y sarcástico, poco dado a las relaciones sociales. Ella inteligente, muy atractiva y, a diferencia de él, popular. Pronto se convierten en amigos inseparables, hasta que un día, Sakutarô ve a Aki con otros ojos, y la amistad se convierte en amor, un apasionado amor que, y no digo nada más, parece querer vencer hasta la misma muerte.

"Aquella mañana me desperté llorando. Como siempre. Ni siquiera sabía si estaba triste. Junto con las lágrimas, mis emociones se habían ido deslizando hacia alguna parte. Absorto, permanecí un rato en el futón hasta que se acercó mi madre y me dijo: «Es hora de levantarse"

(Tit: Un grito de amor desde el centro del mundo. Kyoichi Katayama. Alfaguara, 2017)

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