Soy un gato


Fue el primer libro que leí de Soseki, y resultó amor al instante. Desde la preciosa cubierta de la Editorial Impedimenta, el encantador, filósofo, y sabiondo felino (sin nombre) protagonista, los grotescos personajes, y el fino y sarcástico humor del autor capaz de hacer una crítica social a través de los comentarios, siempre acertados, del minino, el conjunto se convirtió en una lectura deliciosa. 

¿Su argumento? La novela comienza cuando el gato es chiquitín, quizá apenas dos meses, y está en una cama de paja con su madre y sus hermanos. Un maestro, sensei, Kushami, lo ve, decide recogerlo y llevarlo con él a su casa. A partir de ahí el gato se convertirá en narrador de todo lo que acontece entre esas cuatro paredes, de una forma tan desternillante que acabas por pensar que el único ser inteligente, capaz y sensato es, efectivamente, el gato.

Éste es testigo de las estúpidas costumbres de su amo y de los amigos que le rodean, una sociedad (era Meiji) que el autor critica de manera sutil, y con sarcástico humor. El maestro es el principal objeto de las burlas de sus burlas: curioso eso de dormir sin caer al suelo, simulando que estudia, a la espera de la visita de sus excéntricos amigos. 

Uno de ellos es Meitei cuya principal ocupación es tomar el pelo al resto, una y otra vez, algo absurdo e irritante, si, pero el único amigo de Kushami que el gato tolera porque le parece ocurrente y brillante. Otro de los personajes es Kangetsu un joven estudiante que pretende a la hija del Sr. Kaneda, un importante empresario que es vecino del profesor, lo que da lugar a situaciones verdaderamente cómicas, en las que se ven todos implicados: desde el profesor hasta el propio gato.

Una obra que dibuja perfectamente la sociedad de aquel tiempo: apertura al exterior, despegue de Japón como potencia industrial, y las nuevas costumbres sociales. Todo bajo la observadora mirada del gato (Soseki) que incluso advierte de la tendencia militarista que comienza a inculcarse en las escuelas y que desembocaría en la expansión imperial japonesa durante la Segunda Guerra Mundial.

Una novela magnífica, maravillosamente bien escrita, con momentos delirantes, otros para la reflexión, y como siempre ese carácter especial que tienen los autores japoneses que a mí, particularmente, me fascina: la sensibilidad y elegancia con la que narran aspectos banales de la rutina diaria. 


Para comenzar con Soseki el mejor libro...ya vendrán más títulos.
(Tit: Soy un gato. Natsume Soseki. Impedimenta 2010)

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